Aunque son perros fáciles de educar, inteligentes y despiertos, también necesitan una gran cantidad de ejercicio y de atención por parte de sus dueños.
Son algo testarudos y, si no reciben una buena educación desde cachorros, pueden convertirse en perros traviesos y complicados, pero no agresivos. Por eso, su familia ideal será la que pueda prestarle mucha atención, pasar tiempo con él, tanto en casa como fuera, haciendo ejercicio, y que comprenda sus necesidades de actividad y juego.
Sus orígenes se remontan al Antiguo Egipto, aunque sus primeras imágenes aparecieron a finales del siglo XVII como perro guía de los coches de la clase alta inglesa. Fue Disney quien popularizó a este perro leal, inteligente y juguetón.
Se cree que el dálmata es agresivo con otros perros, algo que procede de su pasado como “guarda” de los carruajes de sus amos. Si se le socializa correctamente desde cachorro, no habrá ningún problema.
Su vida media oscila entre los 12 y los 15 años, y su peso entre los 15 y los 30 kilogramos, aunque no suelen ser perros muy grandes. Su entorno ideal es la naturaleza, una casa con un gran jardín, pero pueden vivir sin problemas en un piso o casa más pequeña si se les lleva a pasear con la frecuencia adecuada.
Son muy inquietos pero no soportan separarse de sus dueños. Son ideales para las personas más activas, que disfrutan de largas caminatas por la naturaleza.
Su nombre se debe al que pareció ser su lugar de origen, Dalmacia, aunque no hay documentos oficiales que confirmen su procedencia.
