La idea de un monumento religioso en Río de Janeiro nació en 1859, de la mano del presbítero Pedro María Boss y la princesa Isabel de Brasil.
Antes de 1921, el mirador en el cerro del Corcovado ya era un importante atractivo turístico de Río de Janeiro. El Cristo Redentor fue inaugurado el 12 de octubre de 1931, después de cinco años de obras.
La estatua fue realizada por el escultor francés Paul Landowski y, el rostro, por el escultor rumano Gheorghe Leonida. La construcción de hormigón armado, de más de 1000 toneladas, combina ingeniería, arquitectura y escultura.
En 2003 fue inaugurado un sistema de escaleras mecánicas para facilitar el acceso y, en 2007 fue elegido como una de nuevas siete maravillas del mundo moderno.