Es el primer monumento conmemorativo erigido en Mendoza y el primer monumento dedicado a la paz internacional en el mundo. A principios de enero de 1904 la obra fue transportada en ferrocarril desde Buenos Aires a Mendoza, posteriormente hasta Las Cuevas y, desde allí, subida a lomo de mula hasta el sitio, en la cumbre. Es de hormigón y está reforzada internamente con una estructura de acero para resistir las inclemencias climáticas de la altura. Se trata de una obra colosal, ya que solamente la figura de Cristo posee 3,77 metros de altura, y todo el monumento alcanza 11,47 metros de altura. En la parte frontal del pedestal se encuentra la placa colocada en su inauguración. Su autor es el artista Mateo Alonso.